Relato de AS:
El imberbe Iker ganó la Octava en París con sólo 18 añitos, una cara angelical como la del niño de Solo en casa y una frialdad ante la adversidad que nos permitía barruntar que estábamos ante un porterazo que pasaría a engrosar las páginas nobles del Libro de Oro del Real Madrid. Así ganó dos Champions en tres años, las espinillas desaparecieron, fortaleció sus brazos, mejoró sus salidas por alto y ratificó que en el mano a mano y bajo palos es el mejor arquero del Planeta Tierra. Recalco lo de 'mejor' porque en los últimos años ha existido un empeño absurdo por dejarle siempre por detrás de Buffon. ¿O bufón?
El pueblo debería saber que al buen arquero de la Juventus, eso no se discute, le han tanteado varias veces desde Chamartín en tiempos no tan lejanos. La última intentona la lideró Capello, que se atrevió a pedirle a Calderón y a Mijatovic tras las Elecciones que vendiesen a Casillas a Inglaterra y fichasen como fuera a Buffon aprovechando que la Juve se iba a Segunda. Calderón, que de cultura madridista sabe más que Fabio, le dijo que si estaba loco. Florentino acertó al renovar a Iker hasta 2011 y El nene sabe que cuando se retire Raúl (dentro de cuatro años, calculo) será el gran capitán del Real Madrid. Ya lo es de la Selección. Sus guantes nos darán la Décima y la Eurocopa. ¡Y no me hablen más del tal Buffon!
Señor Tomás Roncero, totalmente de acuerdo.
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